El hijo de Mario del Tránsito Cocomarola, el “Taita” del chamamé, habló en Juntos con Rubén Duarte, al cumplirse 50 años de su fallecimiento.
Coquimarola, expresó: “estamos agradecidos por el cariño que la gente siempre le da por lo que es su obra, a quienes lo conocieron y lo recuerdan, y a quienes aman su música en estos tiempos.
A su vez, el chamamecero, manifestó: “después de la declaración del chamamé como patrimonio inmaterial de la humanidad tomaos consciencia de cuidar nuestra identidad, para poder transitar un futuro más lindo, para los músicos, y para el semillero que se viene, es que lo que tenemos que cuidar para que nuestra música trascienda”.
Asimismo, Coquimarola, destacó: “él no pensó en la dimensión de su música que atravesó el tiempo, mucha gente descubre y le inspira para hacer otra música y otra letra”; y agregó: “el chamamé se diferenció de la polca por su guitarra, sobre todo, por la personalidad del chamamé”.
Al mismo tiempo, el músico chamamecero, sostuvo: “ser músico es vocacional, no se puede ser músico sin sentirla”; y afirmó: “hay que tener una cuota de suerte para ser un creador y ser conocido, en su forma de hacer, como Marito Bofill, Imaguaré, Amandayé”.
“La música es una sola, no hay brechas, el chamamé es uno solo, no hay chamamé con proyección y chamamé tradicional” consideró.
En ese mismo sentido, Coquimarola, enfatizó: “no fue fácil ser el hijo de, no por mi padre sino por lo que represento para la gente, muchos te comparan con alguien que fue tocado por la varita mágica como fue mi padre”; y mencionó: “tengo suerte que de tanto insistir la gente me aceptó, yo siempre dije las cosas con respeto, con un orden”.
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